Bendición

Bendición
Gen. 12:1-3
Nuestro Dios es un Dios que se complace en bendecir a sus hijos.
De hecho, en Cristo, hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales (Ef. 1:3)
Pero esta bendición en Cristo fue prometida a Abraham, al paso del tiempo ha llegado a nosotros, que a su vez somos llamados ha ser de bendición.



I.– La bendición de Dios determina tu destino: Acéptalo.
Dios bendice con propósito. Abraham, jamás se imagino cuan grande era la bendición de que era objeto. Según algunos historiadores, Abram, al salir de Ur, tan sólo seguía la corriente de momento. Según estos historiadores era una época en que numerosos grupos tribales estaban emigrando de asía a la región de la actual Europa occidental. Ya sea que fuera así o no, lo cierto es que Abram, como toda persona, tenía sueños. ¿quién no ha soñado alcanzar las estrellas?
¿Quién no ha soñado, casarse, tener una casa, tener éxito en su profesión, tener una familia unida, alcanzar fama, elevar su posición económica...todos hemos soñado.
Abram, como toda persona, también tenía sueños, veamos algunos de ellos:
Abram soñaba con tener descendencia. Dios ha puesto en el ser humano la idea de trascender. Abram como todo ser humano tenía también ese anhelo. (Gen. 15:2).
Otro sueño, que algunos pudieran menospreciar, tiene que ver con la paz. Abram quiere disfrutar de paz, así que evita al máximo los problemas. Permite que su sobrino Lot elija las mejores tierras (Gen. 13:5-12); también deja que Sarai, haga lo que le plazca con Agar, con tal de llevar la fiesta en paz (Gen. 16:1-6).
Pero Dios le dio propósito: Te bendeciré… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
En lo personal yo creo que Abram no comprendió cabalmente lo que Dios le estaba prometiendo, creo que paso mucho tiempo antes de que comprendiera el propósito divino. Pero, independientemente de eso, la bendición de Dios marco el rumbo y destino de Abram, Sale de su tierra en pos de la promesa divina, creyendo en la bendición de Dios.
Dios te ha bendecido, permite que su bendición marque el rumbo de tu vida y cumple tu destino. Acepta la bendición, acepta tu destino. Porque...

II.– La bendición de Dios rebasa nuestros limites: Compártela.
El propósito y la bendición de Dios va más allá del individuo. Los sueños de Dios son mucho más grandes que nuestros sueños. La bendición que Dios dio a Abram alcanzaría hasta lo último de la tierra. No sólo tendría la familia que soñaba, sino que la promesa de Dios alcanzaría todas las familias de la tierra.
La bendición, dada a Abram también nos ha alcanzado a nosotros y antes de llegar a nosotros muchas otras personas fueron bendecidas.
Ahora es tiempo de ser bendición, es el tiempo de permitir que Dios bendiga a quienes nos rodean por medio de nosotros. Deja que Dios haga su voluntad en ti y por medio de ti.
Tu destino es ser de bendición, no retengas la bendición que Dios quiere dar a quienes te rodean. Tu gozas de la bendición divina, porque un día otra persona compartió la bendición de Dios. No permitas que el egoísmo detenga la obra de Dios.
Deja que las ventanas de los cielos sean abiertas y su bendición se derrame hasta que sobreabunde.
Abram, dejo de ser el “padre exaltado” para llegar a ser “padre de multitudes” (Abraham) por que entendió que ...

III.– La bendición de Dios demanda acción: Obedece.
La bendición de Dios determina nuestro destino, la bendición de Dios rebasa nuestras más grandes expectativas, pero también, la bendición de Dios demanda acción, demanda obediencia.
Dios le dijo a Abram, “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”
No fue una decisión fácil, abandonar la seguridad de la tierra, la familia e ir a un lugar desconocido en busca de una “ilusión”. Si bien Dios es fiel y nunca falla, el ser humano siempre ha dudado. Hay ciertas experiencias en la vida de Abram que muestras sus luchas de fe:
En dos ocasiones miente con respecto a su esposa, por temor a morir. Si confiaba en Dios ¿Por qué dudar que él le podría proteger? Abram prefiere mentir, confiar en su “astucia”. Pero aún en tales circunstancias Dios esta con él.
Cuando el tiempo ha pasado y no ha tenido un hijo, le expresa a Dios su insatisfacción, por no tener descendencia. Y lo que es más, a pesar de que Dios le confirmado la promesa de un hijo, accede a la sugerencia de su esposa y tiene con su sierva, Agar, un hijo.
Antes de llegar a ser el padre de la fe, Abraham fue un hombre con dudas y temores. Pero llegó a conocer a Dios muy bien y entonces confió en él y obedeció.
Gracias a su obediencia sus sueños se cumplieron y el propósito de Dios se están cumpliendo: bendecir a todas las familias de la tierra.
Puedes tener dudas … pero déjate convencer por Dios. Él nunca falla, él es fiel y todopoderoso.
Es nuestro turno de obedecer. La obediencia abrirá las ventanas de los cielos y su bendición llenará no sólo nuestra vida, sino también nuestra familia, nuestra iglesia y el mundo entero...hasta lo último de la tierra.

¿Haz sido bendecido por Dios? Deja que su bendición determine tu destino, permite que su bendición fluya por medio de ti y obedece.

Moisés Rodríguez Hernández
I. B. Horeb de Monterrey, N. L.
24 de Mayo de 2009

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