Salud Mental

CULTIVANDO LA ESPIRITUALIDAD IV
SALUD MENTAL. 2 Samuel 9:1-13
En nuestra Sociedad la salud y en enfermedad son planteadas como antinómicas y excluyentes. La vida cristiana apunta a la salud tanto emocional y física, como espiritual, es decir, a una salud integral. Dios quiere que vivamos en salud, en madurez y en santidad. Y cuando hablamos de “madurez” lo hacemos desde el punto de vista teológico. La raíz latina del término “maduro”, significa “totalmente crecido”. La Biblia nos presenta a la persona como un ser inconcluso, necesita madurar a lo largo de toda su vida. Es el Señor Jesús quien hace ese planteamiento: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).
La palabra griega para perfectos (téleios) es completo, cabal. Y son sinónimos que describen la madurez y la salud. La Biblia nos plantea que la salud comienza cuando Jesucristo entra en el corazón de la persona, y se inicia un proceso de sanidad para llevar a la madurez, que termina con la muerte. Pablo describe ese deseo de proseguir hacia esa meta, “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” Fil. 3:12
Los descubrimientos de los científicos han sido maravillosos, desde el primer trasplante de corazón, hasta el reciente descifrar del genoma humano. Este saber se ha extendido a muchas áreas. Todos estos descubrimientos prometen al hombre un futuro mejor y emocionante. Pero en medio de todo esto queda en pie un gran problema: ¡La conducta del hombre! La pregunta más importante que se hacen los estudiosos de la conducta humana es: ¿Cómo puedo ayudar a esta persona a que sea equilibrado de modo que pueda desempeñarse adecuadamente en esta vida? La Biblia describe al hombre hecho como una persona formidable: “Te agradezco porque me hiciste de una manera maravillosa; sé muy bien que tus obras son maravillosas. Tú sabes todo de mí. Tú viste mis huesos crecer mientras mi cuerpo se formaba en el vientre de mi madre. Tú viste formarse cada parte de mi cuerpo; todo ya estaba escrito en tu libro; fueron formadas a su debido tiempo, sin faltar una sola de ellas. Tus pensamientos son preciosos para mí” Salmo 139:14-17. Pero esas maravillas descritas y anheladas por Dios, en muchas ocasiones, no son realidad en nuestra vida. Y la causa de la mayoría de ellas son las enfermedades mentales.
¿Se habla en la Biblia de las enfermedades mentales? Por supuesto, Suicidios como el de Sansón, Saúl y Judas Iscariote. Habla de la locura del Rey Nabucodonosor, Rey del Imperio babilónico. Habla de la depresión del Rey David (salmo 32 y 51) y de la de Salomón (Eclesiastés 1- 2). De la Psicosis de Herodes, el Grande (Mateo 2: 13-16). Los hermanos de José y su neurosis aguda (Génesis 37), de los Fariseos obsesivos compulsivos (Mateo 15:2), de la neurosis obsesiva de Martha (Lucas 10:40-42). El señor Jesús sanó enfermos mentales (Mateo 4:23-24)
La definición de la Organización Mundial sobre Salud Mental es: “El estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de malestar o enfermedad”. Y como es muy corta debe ampliarse. La salud mental es definida como la capacidad de relacionarse correctamente con su entorno. Kogan, A.E define la salud mental como: “Tener una visión realista de los hechos, las situaciones, capacidad de amar, capacidad de producir, capacidad de autoconocimiento, capacidad de aceptar lo inevitable, capacidad de planear para el futuro, capacidad de dar satisfacción a las propias necesidades, capacidad de sentirse libre de sentimientos de culpa o de temores injustificados, capacidad de vivir armoniosamente con los demás, capacidad de conocer y enfrentarse con situaciones conflictivas en lugar de evadirse de ellas, sea de hecho o a través de una constante represión, capacidad de adecuación sexual, capacidad de gozar de la vida, capacidad de mantener la propia personalidad, pero además adaptándose con cierta flexibilidad a las situaciones en lugar de adoptar actitudes estereotipadas, realización de las propias posibilidades. Podemos concluir que la salud mental es una personalidad bien integrada.

I.- DIAGNOSTICO DEL PROBLEMA
David ofrece misericordia a un hombre llamado Mefiboset, ¿Quién es él? “Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía 5 años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset” 2 Samuel 4: 4

Es decir que este niño es hijo de Jonatán, el príncipe, y nieto del rey Saúl, este niño esta en la línea para heredar el trono. Es decir, de la nobleza. Vive en el palacio, sabanas bordadas de oro, comodidades, buena comida, vigilancia y una nana que es la encargada de ver que nada incomode o le falte al niño. Pero a este niño le cambia el mundo, de un día para otro. Su abuelo y su padre van a la guerra. Seguramente el niño ya antes había escuchado eso, pero regresaban victoriosos. Y en esta ocasión todo cambia. Llega la noticia de que el rey Saúl y su hijo Jonatán están muertos.
La nodriza llega a la recámara de Mefiboset. ¿Qué cara tendría la nodriza? Esta muy asustada, ella sabe que cuando un rey es sometido, la primera acción del ganador es matar a todos los descendientes para que nadie pueda reclamar el trono. Así que la nana toma al niño para llevarlo lejos y no le puedan dañar. En su desesperación se le cae el niño, que tiene 5 años, ¡y queda lisiado… cojo para toda la vida!!
Este es Mefiboset, su vida cambia radicalmente. ¿Recordaría este niño su infancia en el palacio? Seguramente sí, pero ahora ya no esta en el palacio, ahora tiene que correr por su vida. Es protegido por una bondadosa familia que le da sólo para sus necesidades básicas. El muchacho crece, ¿Cómo se imagina su crecimiento? ¿Guardaría la sabana y los pañales con los cuales la nana lo llevo lejos? ¿Se lo imagina oliendo y tocando ese suave pañal, bordado con hilos de oro? ¿Tendría depresiones? ¿Pensaría alguna vez en el suicidio? ¿Frustraciones?
Cuadro de las enfermedades mentales: (B. Stamateas, “Aconsejamiento pastoral”, Editorial Clie)
• NEUROSIS (De angustia, Obsesiva, histérica, hipocondríaca, fóbica, depresiva)
• PSICOSIS (Esquizofrénica, distímica, delirante, confusional)
• PSICOSIS ORGÁNICAS. (Hormonales, alcohólicas, tóxicas, encefalíticas, puerperales, infecciosas, tumorales, traumáticas, involutivas)
• PSICOPATÍAS (primarias y secundarias)
• OLIGOFRENIAS (Débil mental , bajo cociente intelectual)
• DEMENCIAS (Orgánicas)
• EPILEPSIAS (Gran mal, pequeño mal)
• ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS (Del aparato digestivo, respiratorio, cardiovascular, locomotor, cutáneo)
• ADICICIONES (Anorexia, bulimia, psicofármacos, drogas, alcohol)
• PERVERSIONES (Homosexualidad, swinging, bestialismo, necrofilia, prostitución, sadismo, paidofilia, etc)
La depresión, junto con la neurosis Obsesiva es una de las enfermedades mentales que más dolor producen en la persona. Esta enfermedad alcanza a todo tipo de personas, sin importar la condición social o económica, ni credos religiosos. Basta ver en las iglesias el aumento de depresivos, en creyentes recién convertidos y en creyentes de mucho tiempo. La OMS afirma que el 20 % de la población sufre depresión. El 4 lugar de mortandad en el mundo lo ocupa el suicidio, siendo la causa en la mayoría, la depresión. Según la OMS, 10 % de la población mundial sufre enfermedades mentales graves, es la 4 causa de discapacidad en el mundo, y en unos años será la segunda.
La depresión en la iglesia no es muy comprendida, en muchas ocasiones es condenada con palabras como: “No se puede ser un buen creyente y tener depresión”, “La depresión es pecado”, “la depresión es falta de fe”. Y si reciben consejos es “consejería ranchera o tipo Sanborns”, palabras como: “Ora con fe y verás”, “Escucha a tal predicador y te sentirás mejor”, “Échale muchas, pero muchas ganas”
La depresión es un síndrome que pone de manifiesto un conflicto, y es sólo la alteración del campo anímico, alteración que influye en todas las áreas de la vida.

TIPOS DE DEPRESIÓN. Mencionaremos 4 para sustentar nuestro tema de Salud Mental:
A. DEPRESIÓN REACTIVA. Aparece. Como su nombre lo indica, como la reacción ante una pérdida. Puede ser un trabajo, un familiar, amigo, pareja. La persona cae en un estado de tristeza que puede transformarse en un cuadro depresivo. Aparece especialmente en personas introvertidas, inseguras y muy sensibles. Job es un ejemplo bíblico de una depresión reactiva, son muchos los acontecimientos que le sobrevienen a Job, aun siendo justo delante de Dios: Pierde sus posesiones materiales, pierde a sus hijos, y finalmente su salud. A pesar del dolor sufrido Job pudo descubrir nuevamente a su Dios, encontró la victoria al mirar hacia arriba y renovar su vida emocional y espiritual.
B. DEPRESIÓN POR AGOTAMIENTO. Elías es un ejemplo bíblico, toda la tensión del profeta le puso en una condición terrible de agotamiento. El cuidado pastoral de Dios le dio lo necesario para superarla: Le proporciono alimento, sueño, descarga o catarsis emocional, sentido de vida y propósito, y la promesa de su presencia. Eso puso a Elías de nuevo en el camino indicado por Dios
C. DEPRESIÓN ENDOGENA. Ésta crece “desde adentro”, es la más difícil y profunda. Se va instalando con lentitud durante semanas, meses. Los especialistas dicen que mayormente es ocasionada por algún desequilibrio químico en el sistema nervioso central, Gracias a Dios hay muchos medicamentos que la controlan, ¡Bendito Dios! Medicamentos como Triciclicos, tetraciclicos, Inhibidores y moduladores. En este tip de depresión es necesario consultar un médico especialista.
D. DEPRESIÓN HAMARTÓGENA. Ésta es el resultado del pecado, aquí el Espíritu Santo se encarga de marcarnos claramente nuestros errores y culpa, con el fin de restablecer la comunión quebrantada. Al violentar y desobedecer a Dios sentimos tristeza y angustia. David es un ejemplo, toma a una mujer casada, mata a su esposo, esas manchas deben ser quitadas por Dios. Todo queda borrado por la confesión sincera y total de David, entonces puede recuperar su salud, y escribe el Salmo 32 como un canto de victoria al comprobar que el perdón de Dios es más grande que su pecado.
Creo que Mefiboseth tenía depresión Reactiva, recuerde que no soy experto, pero son muchos los acontecimientos y al paso de los años todo eso influyó en su concepto de sí mismo, y especialmente de su futuro…muy, muy incierto. ¡Vea el concepto que tiene de sí mismo!:
“Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” 2 Samuel 9:8
Mefiboset era “un buen hombre”, no le hacía daño a nadie…excepto a sus familiares cercanos y a todo aquel que se atreviera establecer relaciones o a cruzar palabra con él.

(IMAGEN 1, AUTOESTIMA)
¿Puede ver el concepto que tiene de sí mismo? ¿Quién quiere estar cerca de un perro muerto como yo? La autoimagen es el parámetro para la construcción de nuestra actitud. Actuamos en respuesta a cómo nos vemos. Nunca iremos más allá de los límites que marcan nuestros verdaderos sentimientos acerca de nosotros mismos. Esos «otros países» solamente pueden ser explorados cuando nuestra autoimagen es lo suficientemente fuerte para darnos permiso.
(IMAGEN 2) Una AUTOIMAGEN INCORRECTA LE LIMITARA SU POTENCIAL, le incapacitará para CRECER
Aquí vamos a aprender este principio: JAMÁS PODRÁ ELEVARSE POR ENCIMA DE LA IMAGEN MENTAL QUE TENGA DE SU PROPIA PERSONA. La imagen de Dios en el creyente no es por lo tanto estático, no se nos es dada la plenitud de una vez por todas, es más bien una realidad dinámica, se va acuñando paulatinamente, va acrecentándose en una relación interpersonal del creyente con su Cristo. “porque os habéis despojado del viejo hombre con sus prácticas, y os habéis vestido del nuevo, el cual se renueva para un pleno conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó”. Colosenses 3:9-10
(IMAGEN 3, “EL VIEJO HOMBRE”)
Dicho de otro modo, la existencia humana se realiza conforme a su destino, cuando se orienta hacia la consecución de la imagen de Dios. Y ello se logra exclusivamente “En Cristo”. Pablo enseña la imposibilidad para el hombre de realizar su existencia auténticamente al margen de Cristo.
La idea medular que recorre acerca del hombre es que el hombre esta hecho de tal constitución que sólo en la dependencia de Dios puede realizar su esencia; la imagen cobra su consistencia y su razón de ser del original. La acción de Dios sobre el hombre no se limita a ponerlo en la existencia, sino que lo acompaña permanentemente, a lo largo de su peregrinar, hasta la consumación final
La imagen de Dios en el creyente no es por lo tanto estático, no se nos es dada la plenitud de una vez por todas, es más bien una realidad dinámica, se va acuñando paulatinamente, va acrecentándose en una relación interpersonal del creyente con su Cristo.
Su vida no es una coincidencia. Es un reflejo de usted. Si quiere saber quién es la persona responsable de la mayoría de sus dificultades, mírese al espejo. Si pudiera darle puntapiés a la persona responsable por la mayoría de sus problemas, no se podría sentar por tres semanas. Es hora de que se quite de en medio de su propio camino. «Nuestra misión en la vida no es adelantarnos a los demás, sino adelantarnos a nosotros mismos: batir nuestros propios récords, sobrepasar nuestro ayer con nuestro hoy, hacer nuestro trabajo con más fuerza que nunca». Deje de mirar solo a donde está y comience a mirar a lo que puede ser. Cuide por dónde divaga su imaginación, porque sus palabras y sus acciones la van a seguir. Nadie puede derrotarlo a menos que usted se derrote a sí mismo primero.
(IMAGEN 4, AUTODEVALUCACIÓN)

Usted lleva consigo el mundo en el cual debe vivir. Sepa esto: Cuando usted tiene un gran sueño, su mente será su peor enemigo. «Su futuro depende de muchas cosas, pero depende principalmente de usted». Puede tener éxito aunque nadie más crea en usted, pero nunca lo tendrá si no cree en sí mismo.
Si la historia empieza a serte familiar, debería serlo. Tú y él tienen mucho en común. ¿No naciste también en realeza? ¿Y no llevas las lesiones de la caída? ¿Y acaso no hemos vivido todos temiendo a un rey que nunca hemos visto? Mefi-boset comprendería que Pablo nos pinte como indigentes, «cuando nosotros éramos incapaces» ( Romanos 5.6, VP). Por casi dos décadas el joven príncipe vivió en una tierra distante, incapaz de ir hasta el rey, con demasiado miedo como para hablar con él. Ni siquiera puede valorarse a sí mismo, este es un problema de Salud Mental

II.- EL OFRECIMIENTO DE LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA
“¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?” 2 Samuel 9:1
La palabra para misericordia es Hesed, que significa: gracia, amor, benevolencia, benignidad, bien, bondad, clemencia, fidelidad, gloria, merced, piedad. Es la misma palabra de 9:7 “Yo a la verdad haré contigo misericordia” Pero es mejor traducir es GRACIA.
¿Qué comunica la palabra gracia? Cuando hablamos de una persona que cae bien a todos, decimos que tiene gracia, si una persona importante llega a algún evento, decimos que la persona comunica gracia a ese evento (¿Que sería de un evento de niños sin Chabelo?), damos gracias en las comidas. Entonces gracia puede significar, dignidad, elegancia o una oración, pero el significado bíblico más importante es: favor inmerecido, o sea, extender un favor especial a alguien que no lo merece, que no lo ha ganado y que nunca podrá pagarlo.
La palabra aquí es traducida misericordia o bondad en algunas versiones, es una traducción poco afortunada, lo que David expresa es algo profundo. Si la palabra se traduce “gracia” es una mejor idea de lo que se quiere expresar. Gracia es una aceptación positiva e incondicional a pesar de la falta de méritos de la otra persona. Gracia es una demostración de amor inmerecida e impagable.
David reflexiona y pregunta: ¿Hay alguien en el país a quien yo pueda mostrarle aceptación positiva, a quien pueda mostrarle esta clase de amor? Fijemos lo que dice David: ¿Hay alguno? NO dice, ¿Califica alguno para darle gracia? ¿Hay alguien digno en el país? David exclama: ¿Hay alguien vivo a quien yo pueda constituir en receptor de la gracia? Esta oferta es de amor incondicional.

David es un tipo de Cristo. Tipo, del griego typos, significa “Modelo”. Es el establecimiento de conexiones históricas entre determinados hechos, personas o cosas del Antiguo Testamento que se manifestarían en el Nuevo Testamento. Aquí David es un tipo de Cristo, la imagen entre David Y Mefiboset se convierte en su historia y mi historia, la historia de la humanidad ante el Dios de gracia.
Esto es lo que David pretende hacer con el hijo de su amigo Jonatán, entonces busca a alguien que le informe si todavía vive descendiente de Jonatán. La investigación lleva a Siba, un hombre que cuidaba los bienes del Rey Saúl, y le pregunta directamente: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl a quien yo haga misericordia? Siba no le cree a David, sabe que el nuevo Rey elimina a todos los descendientes del antiguo, entonces su primera reacción es proteger a Mefiboset. Y lo hace diciéndole a rey que Mefiboset no representa ningún peligro para David. “Queda uno se llama Mefiboset, pero esta lisiado de ambos pies”
David se emociona con la respuesta y le pregunta, ¿Dónde está? Siba aun no le cree y le dice que un buen hombre lo recogió y es el que le da de comer, y que vive en un lugar llamado Lodebar, que significa; sin pastos, un lugar en Palestina. Este hijo de su amigo Jonatán vive en un lugar desértico. Se había ocultado en un lugar en donde nadie se imaginaba que viviría. Sólo Siba sabía donde encontrarlo.
Lodebar es el equivalente a “Pulgas pandas” mpio. de sombrerete, o Juchipila, Zacatecas. Tangamandapio, Michoacán. El criado Siba esta tratando de evitar que David piense en él, pero David se aferra y dice: ¡Yo si quiero pensar en él, así de que vayan y lo traen a mi presencia!
Puede usted imaginar la escena? Parece que las palabras de Siba dicen: David, este tipo no va a lucir en tu corte, no cuadra con el ambiente, con la majestuosidad de tu casa y de tu trono. Este hombre es un lisiado. David pregunto, ¿hay alguno? Y Siba contesta; “SÍ, pero esta lisiado”
La reacción de David es para imitar, se mueve en la dirección indicada por Dios en su corazón. ¿Dónde está?, no pregunta ¿Qué tan mal se ve o está? Ni siquiera pregunta el porqué está en esa condición, sólo dice; ¿Dónde está?
Una sola frase y David supo que tenía más de lo que había imaginado. El muchacho estaba «lisiado de los pies». ¿Quién hubiera culpado a David por preguntarle a Siba: «¿Hay alguna otra alternativa? ¿Algún otro pariente sano?» ¿Quién hubiera cuestionado si razonaba: Un lisiado no caería bien entre la gente del castillo. Solo la elite se mueve por estos recintos; ¡este muchacho ni siquiera puede andar! ¿Y qué servicio pudiera proporcionar! No tiene bienes, ni educación, ni preparación. ¿Y quién sabe qué apariencia tendrá! Todos estos años ha estado viviendo en… ¿dónde dijo que estaba! Lodebar. Pero tales palabras nunca se pronunciaron. La única respuesta de David fue: «¿Dónde está?» (v. 4).

Así debe actuar la gracia, la gracia no busca las cosas que se hacen para merecer el amor, la gracia funciona aparte de la conducta o de las habilidades de la persona. La gracia fluye del trono de Dios, es unilateral. La gracia es Dios dándose a sí mismo de manera total a alguien que NO lo merece, que nunca podrá pagarlo. David es un rey, y se inclina extendiendo la mano a aquel que necesita de esa gracia maravillosa.
2 Samuel 9:5-6. ¿Se imaginan la cara de Mefiboset cuando llegan a la puerta de su cuarto los soldados de David? Muchos años de su vida había imaginado este momento, piensa que su hora ha llegado, que la muerte es lo que seguramente le espera. Al llegar a David se postra rostro a tierra, o seguramente escarba para hacer un hoyo u meterse en él, y dice: “He aquí a tu siervo” Mi vida esta en tus manos, haz conmigo lo que quieras”.
Y David le hace el ofrecimiento de la gracia: “Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa” 2 Samuel 9:7

Sí durante años Mefiboset había esperado este momento, se había preparado para morir, ¿porqué se humilla tanto? Esta es una buena pregunta. Y la misma Biblia responde, el v. 12 “Y tenía Mefiboset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía” Se humilla por su hijo, él dice, estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de que mi hijo no pase por lo mismo que yo, y si tengo que humillarme lo haré. (¿Qué esta usted dispuesto a hacer por sus hijos? Mi mamá cortarse la hermosa trenza)
Y David sigue asegurando: ¡Estoy aquí para hacerte misericordia! David el rey, por puro amor, demostró gracia al hijo minusválido de Jonatán.
Mefiboset no tenía nada, no merecía nada, no podía pagar nada, de hecho ni siquiera hizo nada para ganarse el favor del rey David, es más estaba huyendo de él. Y lo mismo puede decirse de nosotros; no merecíamos nada, no teníamos nada, no podíamos ofrecerle nada, también estábamos huyendo de él cuando nos encontró.
De igual manera, por amor a su Hijo Jesucristo, y gracias al castigo que llevó por nosotros en la cruz, muestra gracia al pecador que confía en él. Recuerde su pasado, algunos fuimos adictos a las drogas; otros estaban con una vida vacía, sin propósito, buscando en la oscuridad de la noche una luz, pero sin encontrarla. Otros en un encuentro sexual tras otro, preguntándose a dónde les iba a llevar todo eso. No podíamos ofrecerle nada a Dios, ni siquiera una buena obra que pudiera revelar algo de justicia de su parte. Y aun así el Rey del Universo nos ofreció su gracia. Eso es gracia, es amor incondicional. La gracia es tan maravillosa que anula todas las respuestas, la gracia nos dice: “Tú eres mío, te tomó tal cómo estás, no me importan tu aspecto ni tus muletas, tus problemas, tu pasado y todo lo demás” La vida fue muy dura con Mefiboset, lo mismo que con David, ungido y regresado al las ovejas, menospreciado por sus hermanos. ¡Tu y yo también eres Mefiboset!

El hombre es tomado por la gracia de Dios y es transformado, pero necesita de esa gracia maravillosa para ser la persona que Dios planeo y quiere. La persona puede “resistirse” a esa gracia, puede decidir “no tomarse de ella”, y es en ese sentido que puede “malograrse”. Y hasta perderse por desobediencia.
En la mesa del Rey David están personajes diferentes:
• Absalón, su hijo. Era un enfermo de megalomania (grandeza excesiva), la Biblia dice de él “Y no había en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta su coronilla no había en él defecto. Y cuando se cortaba el cabello, lo cual hacía cada año, pesaba el cabello de su cabeza 200 siclos de peso real” (2 Samuel 14:25-26). Es decir, de uno a 3 kilos.
• Amnón, otro hijo de David. Enfermo de desajustes sexuales. “Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy hermosa, llamada Tamar. Y sucedió que Amnón, hijo también de David, se enamoró de ella, a tal grado que acabó por enfermarse de angustia, pues como su hermana Tamar no había tenido aún relaciones con ningún hombre, él encontraba muy difícil hacerle algo. Pero Amnón tenía un amigo muy astuto, llamado Jonadab.. que le dijo la forma de tomarla” 2 Samuel 13:1-3
• Joab, el general lleno de soberbia y orgullo. Miraba a todos por debajo del hombre, especialmente a David, pensaba: “Tú estas ahí porque yo te tengo ahí”
• Salomón llega corriendo, estaba en la Biblioteca estudiando y meditando en las cosas espirituales que su Padre David le enseñaba.
¿Quiénes de ellos no se afianzaron a la gracia? Amnón, Absalón, Joab, y murieron de una manera deshonrosa.
La campana suena para la comida, la mesa esta ricamente servida: comienzan a llegar los miembros de la realeza que ya describimos, Y finalmente se escucha el sonido de una muletas, es Mefiboset, llega y sonríe con humildad y ¡toma su lugar en la mesa del rey! Ahora toda su vida esta cubierta con la gracia, ocupa su lugar asignado y se dispone a disfrutar todo lo que esta en la mesa, pues todo eso también es para él. El hermoso final de esta historia:
“Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies” 2 Samuel 9:13
¡Esta en la mesa del Rey! ¿NO quisiera haber estado presente cuando Mefiboset levanta al rostro de David, escucha la invitación de tener un sitio de honor, convertirlo en un miembro de la familia… tener un sitio permanente en su mesa. ¡Esta es una hermosa descripción de la gracia!
¡La gracia de Dios es un sí rotundo a nuestra necesidad!!!. Tomás Jefferson fue el 3 presidente de los Estados Unidos. Fue con un grupo de amigos a montar a caballo a campo traviesa, llegaron a un río crecido. Un caminante esperó hasta que varios del grupo habían cruzado, luego llegó el presidente y a él le pidió que lo llevara al otro lado del río. Jefferson extendió la mano y lo subió para pasarlo a la otra orilla.
Cuando bajo, el presidente siguió su camino. Y uno de los acompañantes, curioso preguntó al caminante: ¿porqué escogió al presidente para pedirle el favor?. No sabía que era el presidente, lo único que se es que la respuesta de los rostros de los que pasaron era: NO. Cuando paso el presidente, su rostro decía: Sí. Por eso le solicite a él que me pasara, en su rostro estaba escrito un “SI”
Debemos pedirle a Dios que nos ayude a valorar nuestra restauración y que... nunca olvidemos nuestro pasado: “porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies” 2 Samuel 9:13. La invalidez de Mefiboset era un recordatorio constante de la gracia. Antes no tenía más que sólo su invalidez, ahora lo tiene todo. Cada vez que cojeaba de un lugar a otro, recordaba: “Estoy en este hermoso lugar, disfrutando de todas estas preciosas cosas, por la gracia del Rey, y nada más”. Estaba en un lugar de abandono, y ahora estoy en la casa del Rey, estaba desamparado y sin refugio, y ahora estoy protegido por el Rey.
La comparación es clara: Dios, por su gracia, nos incluye en su familia real, nos convierte en un (a) de su hijos, y nos sienta a su mesa para siempre diciéndonos: “Tú eres tan importante como cada uno de mis hijos, aquí tienes tu provisión”.
Podemos terminar con una sonrisa, como Mefiboset, al ver el rostro del “Sí” de David, nosotros el de nuestro Padre celestial con su “Sí” y decirle: Gracias, padre, por encontrarme cuando aun yo no te estaba buscando…por amarme cuando no era digno … por hacerme tuyo cuando no lo merecía: ¡Acepto tu gracia maravillosa!

Dios no miró nuestras vidas arruinadas y dijo: «Moriré por tí cuando lo merezcas». David tampoco miró a Mefi-boset y dijo: «Te rescataré cuando hayas aprendido a caminar». Las palabras de David no hacen referencia a su aflicción. No pregunta: «¿Dónde está Mefi-boset, este muchacho con problemas?», sino que pregunta: «¿Dónde está?»
Muchos saben lo que es llevar un estigma. Cada vez que se menciona su nombre, la calamidad les sigue. «¿Han oído de Juan últimamente? ¿Saben? Acaba de divorciarse, ¡otra vez!». «Recibimos un correo de Gerardo. ¿Lo recuerdas? ¿El alcohólico?» «Rosario está de nuevo en la ciudad. Qué lástima que tenga que criar a sus hijos sola». «Vi a Melisa hoy. No sé por qué no puede conservar ningún empleo». Como un fastidioso hermano, tu pasado te sigue a dondequiera que vayas. ¿No hay alguien que te vea por lo que eres y no por lo que hiciste?
Sí. Hay uno. Tu rey. Cuando Dios se refiere a tí no menciona tu condición, dolor ni problema; Él te permite participar de su gloria. Te llama su hijo. “No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. Porque Él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo. (Salmo 103.9–14)
Mefi-boset llevó muchos años su estigma. Cuando la gente mencionaba su nombre, señalaba su problema. Pero el rey no mencionó su defecto físico. Y una palabra del palacio sobrepasa a mil estigmas en la calles.
Y yo te pregunto: ¿Ves nuestra historia reflejada en la de Mefi-boset? Hijos de realeza, lisiados por la caída, para siempre manchados por el pecado. Viviendo en el anonimato, lugar dónde el Rey manda buscarnos. Movido no por nuestra belleza sino por su promesa, nos llama e invita a que tomemos un lugar permanente en su mesa. Aun cuando a menudo cojeamos más que caminar, ocupamos nuestro lugar junto a otros pecadores hechos santos y tenemos parte en la gloria de Dios. ¿Puedo hacerte una lista parcial de lo que te espera en su mesa?
• Estás más allá de toda condenación (Romanos 8.1).
• Eres libre de la ley (Romanos 7.6).
• Estás cerca de Dios (Efesios 2.13).
• Eres libre del poder del mal (Colosenses 1.13).
• Eres miembro de su reino (Colosenses 1.13).
• Eres justificado (Romanos 5.1).
• Eres perfecto (Hebreos 10.14).
• Te han adoptado (Romanos 8.15).
• Tienes acceso a Dios en cualquier momento (Efesios 2.18).
• Eres parte de su sacerdocio (1 Pedro 2.5).
• Jamás te abandonará (Hebreo 13.5).
• Tienes una herencia imperecedera 1 Pedro 1.4).
• Eres partícipe con Cristo en la vida (Colosenses 3.4), en el privilegio (Efesios 2.6), sufrimiento ( 2 Timoteo 2.12), y servicio (1 Corintios 1.9).
• Tú eres un: miembro de su Cuerpo (1 Corintios 12.13), pámpano en la vid (Juan 15.5), piedra en el edificio (Efesios 2.19–22), novia para el Esposo (Efesios 5.25–27), sacerdote en la nueva generación (1 Pedro 2.9), y una morada del Espíritu (1 Corintios 6.19).
Como Mefi-boset, somos hijos del Rey, y nuestra respuesta mínima se refleja en el Himno, que dice: “Yo te sirvo, porque te amo, tú me has dado vida a mí. Vidas hechas pedazos te llevaron al calvario tan cruel, tu amor será mi anhelo, tú me has dado vida a mí”

Comentarios

  1. A pesar que señala que no es Psicólogo o Psiquiatra, es una excelente aproximación a la salud mental desde la teología.

    Mgtr. Demetrio Santamaría Montezuma
    Psicólogo Familiar y Organizacional
    Panamá

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