Elige correctamente

“ELIGE CORRECTAMENTE”. Deuteronomio 30:1-20
Franck R. Stockton, tienen un relato que se llama ¿La dama o el tigre?. Dice que en los tiempos antiguos vivía un rey semi – bárbaro que administraba justicia de un modo espectacular y caprichoso. Para castigar los delitos especialmente graves imagino una forma totalmente diferente a la acostumbrada. El acusado era conducido el día del juicio a la arena de un circo, en cuyas gradas se congregaba todo el pueblo. Ante el acusado había 2 puertas. Tras una de ellas aguardaba un tigre hambriento, el más feroz que se había podido conseguir para la ocasión; tras la otra puerta estaba una hermosa doncella, bella e inocente. Sólo el rey conocía quién estaba detrás de cada puerta. El reo debía elegir forzosamente una de estas puertas: en ambos casos la suerte estaba echada. Si aparecía el tigre, moría despedazado en pocos segundos; si salía la dama, debía desposarla sin dilación y con una gran fiesta en la cual el propio rey era el padrino. El mismo rey derogaba cualquier otra relación de matrimonio anterior.
En cierta ocasión, el reo estaba acusado de un grave delito, era un mancebo que se había atrevido a cortejara a la misma hija del rey, y ésta le había correspondido clandestina y apasionadamente al cortejo. Fue tomado preso y se fijó la fecha del juicio. El rey se había esmerado especialmente en la búsqueda del más feroz de los tigres, pero también seleccionó a la más bella de las doncellas, no había otra igual en el reino. La princesa estaba deshecha, la angustia de ella era doble, la posibilidad de ver a su amado despedazado por el tigre o verlo casado con otra mujer que no era ella. Usando su influencia en la corte, la princesa averiguo enterarse de que es lo que estaba detrás de cada puerta.
El día del juicio el muchacho apareció temeroso en la arena del circo, abrumado por la expectación de la multitud. También se daba cuenta del íntimo dilema de su amada, y desde el ruedo le lanzó una mirada de súplica; ¡Sólo tú puedes salvarme! Con gesto discreto, pero inequívoco, la princesa señalo la puerta de la derecha. Y por esta puerta optó sin vacilar el mancebo. Y en esta parte del relato Stockton, concluye: dejo a cada uno de ustedes determinar, ¿Quién salió por esa puerta, La dama o el tigre?
La elección determina la felicidad o la muerte.

EL LIBRE ALBEDRÍO: Es la facultad de elegir acciones, de querer o no querer.
La libertad divide y separa, separa a los mejores del resto. Obtiene su atractivo a partir de la diferencia; su presencia o ausencia refleja, marca y cimenta el contraste entre lo alto y lo bajo, lo bueno y lo malo, lo noble y lo repugnante. (Zygmunt Bauman). La libertad deja rastro en las personas, porque la acción que se ejerce no es sólo opción y decisión sino que también puede ser creación: no solo es la práctica la que dirige nuestra vida, sino que produce cosas que transforman nuestra realidad. Si vemos a nuestro alrededor vemos por todas partes los resultados del ejercicio de esta libertad.

El libre albedrío constituye la forma más íntima y problemática de la libertad por la cual el hombre se define. Buscar la felicidad y la vida es lo que constituye nuestro compromiso racional, porque al elegir por ello afirmamos y reforzamos lo que somos. Elegir lo malo supone mutilarnos y disminuirnos, rebelarnos en contra de lo que somos y quienes somos. Lo más inhumano que puede existir en una persona es renunciar a lo que es, a su propia humanidad, porque menospreciar su condición es convertirse en su propio enemigo. Curiosamente la verdadera objeción contra el “libre albedrío” no es nuestra impotencia para hacer el bien, sino la imposibilidad de hacer “racional” nuestra elección del mal. Dios exhorta a esa nueva generación a que examinen su actuar en la historia, a que consideren el mal ejemplo y las consecuencias de la mala elección de sus padres
En la antigua Grecia, era “libre” quien no tenía que obedecer a un amo, ni estaba obligado a trabajar para otro o permanecer fijo en un lugar por la voluntad de otro. La raíz de la palabra libertad es: eleutheria que básicamente era entendida como libertad de movimiento. Una persona era libre cuando podía moverse como lo deseaba; el criterio era el “yo puedo” y no el “yo quiero”.

La exhortación de Dios es clara: elijan correctamente. El ir a la derecha trae privilegios, beneficios y bendiciones. El ir a la izquierda trae males, maldición t sufrimiento, y finalmente separación de Dios, que puede ser por toda la eternidad. No hay porque distorsionar el concepto del Dios que hace esta invitación. Pero en muchas ocasiones es lo que se hace. Se enseña que el Dios de gracia es cruel, tirano, y que seguirle en ocasiones es un riesgo imprevisible, pero no es así. En este texto Dios nos dice de manera clara el resultado de elegir correctamente
Razones para elegir correctamente:
I.- POR TU FELICIDAD.
“Yahveh tu Dios te hará prosperar en todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo. Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres” Deuteronomio 30:9 Biblia de Jerusalén
שִׂישׂ sis; raíz primaria; estar brillante, i.e. alegre:-alegrar, alegría, regocijar, gozar.
El zapatero. Estaba Dios sentado en su trono y decidió bajar a la tierra en forma de mendigo sucio y harapiento. Llegó entonces el Señor a la casa de un zapatero y tuvieron esta conversación: "Mira que soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras sandalias, y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías reparármelas, por favor?, Pero no puedo pagarte.” El zapatero le contesto: “¿Qué acaso no ves mi pobreza? Estoy lleno de deudas y estoy en una situación muy pobre; ¿Y aun así quieres que te repare gratis tus sandalias? " " Te puedo dar lo que quieras si me las arreglas." El zapatero con mucha desconfianza dijo: "¿Me puedes dar tú el millón de monedas de oro que necesito para ser feliz?" "Te puedo dar 100 millones de monedas de oro. Pero a cambio me debes dar tus piernas..." "¿Y de que me sirven los 100 millones si no tengo piernas?"
El Señor volvió a decir: “Te puedo dar 500 millones de monedas de oro, si me das tus brazos." "¿Y que puedo yo hacer con 500 millones si no podría ni siquiera comer yo solo? "El Señor habló de nuevo y dijo: "Te puedo dar 1000 millones si me das tus ojos." "Y dime; ¿qué puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver el mundo, ni podría ver a mis hijos y a mi esposa para compartir con ellos?" Dios sonrió y le dijo:
"Ay, hijo mío; ¿Cómo dices que eres pobre si te he ofrecido ya 1600 millones de monedas de oro y no los has cambiado por las partes sanas de tu cuerpo? ¡Eres tan rico y no te has dado cuenta! ...".
A Dios le interesa nuestro bienestar, Moisés asegura que no importa qué tan esparcidos estén en la tierra, él los juntará. Por eso no digan que el pacto es demasiado difícil, no es preciso que escalen al cielo o que crucen lo mares para alcanzar la gracia maravillosa de Dios- Dios ha puesto la palabra de gracia en la boca y en su corazón, ¿por qué no aceptar con fe su gracia en el corazón? Aceptar esa gracia nos hará libres del error de equivocar el camino, entonces la bendición de Dios reposará en nuestra vida y tendremos en privilegio de servirle en libertad. La gracia se ha acercado a nosotros en Cristo Jesús, mediante la cruz y su poder ha puesto delante de nosotros la gracia, en nuestra boca y en nuestro corazón.
La felicidad verdadera trae un cambio radical de condiciones; “te hará abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque… Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres”
Moisés concluye que la voluntad de Dios es la felicidad para ellos. La perspectiva es hacia atrás y hacia delante, y en estos dos movimientos era imprescindible recordar el amor de Dios. En lo pasado, Moisés dice; vean el gran amor de Dios; en el presente, vean, las demandas del amor de Dios: y en el futuro, la gran revelación del amor de Dios. El libro de Deuteronomio es el libro donde Moisés habla del amor de Dios, en ningún otro libro lo hace. Les recuerda su cuidado amoroso durante los 40 años en el desierto, desde la salida de la esclavitud de Egipto, hasta ese momento en que van a entrar a la Tierra Prometida.
Pasajes donde se habla del amor de Dios.
• “Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder” Dt. 4:37
• “No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto” Dt. 7:7-8
• “Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día” Dt. 10:15.

El Señor Dios NO demandaba de Israel, y tampoco de nosotros, nada incomprensible ni imposible de conseguir (v. 11). El deber de Israel no estaba escondido en alturas inalcanzables, ni en barreras insuperables. Estaban cerca de ellos, en: ¡Obedecer la palabra de Dios! Y esta ley esta cerca, para que la aprovechen, está cerca de sus corazones, para que la cumplan. Los requisitos de Dios son fáciles de averiguar y entender. Pablo cita este pasaje en Romanos 10:9-10. “Muy cerca de ti está la palabra”, la doctrina de la salvación por la gracia. “En tu boca”, las promesas hechas a Abraham de ser de bendición a toda la humanidad.

Desde el monte Ebal se pronuncian las maldiciones si son desobedientes, y desde el monte Gerizim, las bendiciones que siguen a la obediencia. No se trata de un perfil general, como podría hacerlo un estudioso de la ley de la probabilidad, sino que es Palabra de Dios que se cumple con fidelidad. La ley de la causa y el efecto. La obediencia provocaría que fueran bendecidos en la ciudad y en el campo, en la canasta y en la bodega. Sus enemigos huirían de delante de ellos. Los cielos darían su lluvia y serían prosperados. Darían prestado a naciones y ello son tomarían prestado. Serían la cabeza y no la cola de la sociedad. Pero si hubiera desobediencia, los cielos estarían callados a su clamor, serían motivo de asombro, un proverbio y un escándalo; si rehusaban servir a Dios con alegría, servirían a sus enemigos con dolor, con hambre y con sed.
Aunque hay una nota de gracia, la derrota no sería definitiva, si la desobediencia les traería calamidad, esta sería resuelta con la obediencia, su Dios es un Padre amoroso, aun desde las partes más lejanas de la tierra, él los traería a su presencia para bendecirlos, condicionado esto a la obediencia sincera, sinceridad provocada también por el amor paternal de Dios. La circuncisión de la carne era la señal del pacto de Israel, y en el tiempo de Dios, los visitaría con la circuncisión ESPIRITUAL; una vez hecha la obra en el corazón, habría en ellos una obediencia de corazón y voluntaria.
Corazón, es el centro religioso del hombre, más de 800 veces aparece en la Biblia. Un repaso de estos pasajes revela una sencilla verdad; El corazón representa el centro unificador de toda la existencia humana, es el punto de concentración espiritual de todo nuestro ser, es el que establece la dirección a todas las relaciones de nuestra vida. En Deuteronomio, la palabra “corazón” aparece 34 veces, para Dios, el corazón es lo que importa, cuando el corazón esta en sumisión a Dios, las bendiciones de la gracia divina fluyen desde su trono. “En tu corazón” el inclinar toda la vida hacia Dios para confesar con la lengua la gran salvación dada por Dios. Como la relación con Dios se asienta en el corazón, el hombre, según su elección, modela su vida conforme a lo escogido, porque en ello deposita su seguridad y confianza. El hombre es entonces, esencialmente religioso, no accidentalmente, porque en el corazón arraiga su vida en algo de carácter último para darle toda su lealtad. Junto con los dones espirituales de regeneración, conversión y santificación, los rebeldes son transformados en personas que irradian espiritualidad, y Dios da a ellos un mundo nuevo de paz y prosperidad.

“Hoy” esta nota de hacerlo de inmediato aparece más de 60 veces en el libro de Deuteronomio
“Cuídate de no olvidar al SEÑOR tu Dios dejando de guardar sus mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos” Deuteronomio 8:11. LBLA
Olvidar - ¿Qué es lo opuesto a “olvidar”? ¿Dijiste “recordar”? Tu respuesta sólo es parcialmente correcta. La Biblia descubre un significado más profundo de “olvidar.” La esencia del olvido se deletrea en éste versículo. Es el fracaso en mantener los mandamientos. El olvido no es un lapso mental. Olvidar es no actuar de acuerdo con la naturaleza de Dios. El antónimo de “olvidar” es “revivir, recordar.” El sinónimo del “olvido” es “atolondramiento, pérdida, orgullo.”
Las implicaciones son espeluznantes. En la perspectiva bíblica del olvido (hebreo – shakach), es completamente posible recordar todos los hechos necesarios sobre Dios y todavía olvidarle. Yo puedo memorizar toda la doctrina. Puedo citar Escritura. Puedo decir todos los credos y ejecutar todos los rituales religiosos apropiados. No significa nada. He olvidado a Dios si no me comporto según Sus mandamientos. Mi acumulación religiosa mental no tiene peso si miento, cometo actos de infidelidad, usurpo la autoridad de Dios, intento usar Su nombre para poder o ganancia personal, sirvo a cualquier otra cosa como si ésta fuese mayor a Dios o cargo cualquier motivación interna que pueda llevarme a actos ilegítimos.
¿A quien se le olvida el sinónimo de orgullo? Aquí va: es endiosamiento, porque cuando olvido a Dios por mi fracaso en comportarme en maneras acordes a Su carácter, yo endoso mi propia auto-suficiencia. Actúo como si mis propios esfuerzos provocan mi éxito. Puedo asumir una actitud de habilidad personal. Y en el proceso, violo el primer mandamiento, porque me constituyo en mi propio dios.
¡Que nadie declare que has olvidado tú a Dios! Quizás ni conozcas toda la teología. Tal vez no recuerdes una sola palabra hebrea o sutileza griega. Pero nada de eso determina la acusación del olvido. Tu vida- tus acciones diarias son las que demuestran si has o no has olvidado al Rey de gloria. Tus pensamientos y deseos revelan si sirves o no al Señor de señores. Tus actitudes despliegan si te doblegas o no ante ídolos.
Dios no puede ser burlado. ¿Cuántos de aquellos que predican conformidad religiosa en realidad adoran dioses falsos? El político que necesita el voto religioso pero en secreto adora a los pies del poder y el prestigio. El juez a quien poco le importa la integridad de la Palabra de Dios, pero asiste a la iglesia para presentar una imagen de moralidad. El hombre de negocios quien es miembro de la congregación, pero sirve al dios de la ganancia personal sin estrategia deliberada de convertir su éxito en avances del Reino. El padre de familia que canta en el coro y enseña en escuela bíblica, pero adora al dios de las estrellas deportivas. El adolescente que carga la Biblia, pero se alimenta de música de raperos y maleantes. O tú ó yo, cuando en secreto erigimos esos mini-dioses que alteran los estados de ánimo a quienes acudimos cuando nos carga la tensión y ésta llega a ser demasiado intensa para nosotros. Amamos al Señor, pero nos aferramos a nuestros ídolos secretos, solo por si acaso llega a pasar algo malo.
¡Moisés nos dice que nuestros secretos dañan a toda la comunidad! Tú, el que guarda un dios secreto, eres responsable de la maldición que cae sobre el inocente. La ignorancia no exime. El plan de Dios es para una Iglesia santa, no una persona santa. Estamos todos juntos en esto. Y cuando permitimos que aquellos que dicen seguirlo se mofen de El con sus dioses secretos, somos tan culpables como lo son ellos. Pudimos haber intervenido. Debimos haber observado y orado. Debimos haber hecho algo. ¿Lo hicimos?. ¿Olvidaste a Dios cuando negaste el perdón? ¿Olvidaste a Dios cuando retuviste información? ¿Olvidaste a Dios cuando toleraste el egoísmo? ¿Olvidaste a Dios cuando ignoraste a los necesitados? ¿Olvidaste a Dios cuando pusiste tu bienestar ante el de los demás? ¿Olvidaste a Dios cuando rehusaste a negarte a ti mismo?
Si no hubiera tal cosa como libre albedrío en las personas, ¿cómo se podrían conciliar estas verdades? Dios ha dado a todas las personas la capacidad de relacionarse Con él, y no hay poder en el cielo, ni en la tierra, ni influencia que le prive de ese derecho. Salvo que la persona misma renuncie a ese derecho divino de ELEGIR. De ahí que toda persona es responsable de sus actos, porque son suyos

“Cuando debes hacer una elección y no la haces, estos ya una elección” William James
Un soldado romano vino a Julio César para pedirle permiso para quitarse la vida. Se presento desarrapado, desanimado, sin vitalidad. El César lo vio y le dijo: Oye, ¿has estado vivo alguna vez de verdad?
¿Es el libre albedrío el riesgo de Dios? No Dios no se arriesga a nada, es el hombre el que se arriesga a tomar una decisión equivocada que le ponga en el camino equivocado. En el Nuevo Testamento vemos que el Dios encarnado desafina a os hombres a seguir el camino de la obediencia, al joven rico le lanzó un desafío, a que buscara las riquezas de su respaldo y presencia. El joven no aceptó, y el Señor respetó su decisión, ¿No lo vemos rogándole o buscándole para que le siga, verdad?

II.- POR TU VIDA
“Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.” Deuteronomio 30:15 NVI

Vivir la vida es algo muy sencillo pero nosotros la hemos hecho muy complicada. Como seres creados por Dios con múltiples capacidades nos cuesta madurar, relacionarnos y lo que mas no cuesta es poder elegir. Tú puedes observar los animales y el resto de la creación, y ninguno se complica, no se preocupan por su pasado ni se afanan por el mañana.(¿Ha visto a un ave “estresado” pensando qué comerá mañana, o a una gallina tomando “pepto bismol” para la colitis nerviosa?)

Sólo nosotros somos capaces de convertir un “si hasta que la muerte nos separe”, en un “me quiero divorciar, no aguanto mas”. Igual pasa en las relaciones, en los negocios, en el trabajo y en el ministerio. Nuestra tendencia es a complicar las cosas en vez de buscar soluciones. Si nos equivocamos fue por nuestra elección, Dios te dio esa capacidad de elegir y siempre nos lleva a elegir. La vida es una constante elección y mi elección es la que me hace libre o esclavo.
Hay una teoría de restricción conocida como “el eslabón más débil”, es un concepto revolucionario en el liderazgo que debemos aplicar a nuestra vida: “Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil”. En pocas palabras, la cadena soporta lo que resiste el eslabón más débil, no el más fuerte. Una cadena con 30 eslabones de 20 cms y uno solo de 3 cms, ¿por dónde se romperá?. Ese eslabón débil es lo que te está impidiendo avanzar, crecer y alcanzar tus sueños. ¿Cuál es tu eslabón más débil? Mayormente no es el que piensas, no es tu mal carácter, tú falta de perdón, tu incredulidad, tu orgullo, tu apatía o indiferencia, eso puede ser una causal pero tú lo puedes cambiar. Tu eslabón más débil es tu capacidad de elegir.
Tú puedes elegir vivir en libertad o vivir en esclavitud, vivir en bendición o maldición. De toda la creación al único ser que Dios le dio la capacidad de elegir es al hombre. Tu puedes estudiar Génesis y encontraras que Dios le dio un mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.» Génesis 2.16b, 17 NVI. Tú ya conoces como termina la historia y sabes que hoy muchos viven las consecuencias de la elección de Adán. La elección de Adán trajo muerte, esclavitud y maldición.

Tu ya no puedes cambiar tu pasado, pero si puedes cambiar tu futuro a partir de hoy con tan solamente elegir bien. Si tu eliges bien te ira bien en la vida. Siempre estamos eligiendo.

“Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.” Deuteronomio 30:15 NVI

¿Cuál va a ser tu elección hoy? ¿Te vas a dejar llevar por las circunstancias? ¿Te vas a dejar llevar por tus emociones o sentimientos? ¿Vas a seguir buscando culpables en el pasado de tu situación? ¿Vas a seguir excusándote en tus debilidades para no cambiar? ¿Vas a seguir pensando que algún día todo cambiará? ¿Vas a seguir siendo victima o te convertirás en el protagonista de tu vida? Elegir bien es ser libre, es ser consciente de mis decisiones. Si no estás consciente de tus decisiones el eslabón más débil de tu cadena se rompe y pierdes la libertad. Y sin libertad olvidas tu verdadera identidad como hijo de Dios y te pierdes del maravilloso destino de la vida.

Si aun te equivocaste en tus decisiones, si la elección que hiciste un día consideras que fue la peor porque no estas disfrutando nada, hoy es el mejor día para cambiar tu realidad, todo tiene solución, comienza a elegir bien y ve tras esa vida extraordinaria. ¿Cuál es tu anhelo?
“No puedes por mas que te esfuerces cambiar tu pasado, pero hoy si puedes elegir como será tu futuro”.
Estoy convencido que el inicio de la solución es cambiar tu forma de pensar., porque son los pensamientos los que muchas veces no nos dejan avanzar. Dios no tiene problema con el diablo, tampoco con el pecado, pero si tiene problemas con cada uno de nosotros.
Uno de los más grandes poderes que tú posees, el cual también se encuentra ubicado en una parte muy especial de tu increíble cerebro; este es un poder que es clave para que tu vivas la vida que quieres vivir; por si no lo sabías, la fuerza más extraordinaria, el poder más grande, transformador y enriquecedor que Dios ha regalado a los hombres, es el poder de ELEGIR. Tú tienes el poder de elegir el tipo de pensamiento que convertirás en sentimiento, emoción y convicción dentro de ti, para luego sentir y vivir la acción que tú quieras.
Siempre puedes elegir: Reír, en lugar de llorar. Abrazar, en lugar de golpear. Cantar, en lugar de llorar.
Amar, en lugar de odiar. Tú puedes elegir ser feliz, en lugar de aburrirte. Compartir, en lugar de ser egoísta. Servir, en lugar de ser arrogante. Perdonar, en lugar de ser rencoroso. Bendecir, en lugar de maldecir.
Por ello, elige hoy: Sonreír, en lugar de sembrar discordia. Aplaudir, en lugar de criticar. Ser paciente, en lugar de acosar a los demás. Ser bondadoso, en lugar de ser un resentido. Ser amigo, en lugar de ser el enemigo de todos. Alabar y reconocer, en lugar de ser indiferente.

Tú puedes, y debes elegir…la vida te obliga constantemente a ello.. ser feliz, ser noble, ser abundante, ser eficiente, ser sencillo, ser productivo, ser amoroso, ser responsable, ser entusiasta, ser optimista, ser positivo… y mil, y mil pensamientos, emociones o sentimientos, acciones, actitudes y reacciones que pueden convertir tu vida en una larga lista de éxitos y satisfacciones, mejorando tu calidad de vida y la de los seres que te rodean. Tú elegis cómo afrontar las cosas de esta vida.
Para ilustrar esto nos viene bien aquella vieja historia de dos vendedores de zapatos a quienes sus respectivas empresas enviaron a África para vender sus productos. Tan pronto como desembarcaron, el primer vendedor vio que todo el mundo iba descalzo y mandó un telegrama a su jefe: “Vuelvo en el primer barco. Aquí nadie utiliza zapatos”. Una semana más tarde llegó un segundo vendedor, el cual se encontró con la misma situación: sólo se veía gente descalza por las calles. Pero éste envió el siguiente telegrama a su empresa: “Me quedo aquí. Perspectivas fabulosas. No tenemos competencia. Envíenme todos los zapatos que puedan.”
¿Qué vas a elegir hoy, ser protagonista o victima? ¿Ser un pensador de imposibilidades o uno de posibilidades? Todos tenemos la oportunidad de elegir que clase de vida queremos llevar: una vida abundante, extraordinaria o una vida miserable, ordinaria. Oro para que te conviertas en protagonista de tu vida, para que puedas contarles a tu generación venidera como derrotaste a los gigantes que te querían atormentar.
Moisés concluye el capítulo con un llamado a elegir, y les recuerda que no pueden pretender ignorancia de lo que Dios pide, y les advierte que las alternativas puestas ante ellos tenían que ver con su felicidad y la vida, y también con su infelicidad y con la muerte.
“Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia” Deuteronomio 30:19
Escoge, pues, la vida - ¿Qué escogerías tu – la vida y la bendición, o la muerte y la maldición? Nadie en su sano juicio escogería la muerte y la maldición. Pero entonces, no estamos en nuestro sano juicio, ¿o si? Una y otra vez escogemos lo opuesto al Camino de Dios – y heredamos la muerte y la maldición. Una y otra vez comprobamos que el pecado es locura, que solo los enfermos mentales y los desquiciados morales escogerían deliberadamente esas consecuencias. Cerramos el libro de Deuteronomio, declarando que no es para nosotros, y creemos que podemos encontrar el camino a Dios sin su gracia.
Deuteronomio no recibe mucha atención estos días. Por lo menos no recibe mucha atención en el mundo “cristiano.” Pero si fueras judío practicante, sería el primer libro que enseñarías a tus hijos desde el momento que pudieran hablar. Habrían memorizado el libro. Este seria el fundamento de sus vidas. ¿Por qué? Porque es el libro que nos indica la DESICIÓN MÁS SEGURA. Es el libro de bendiciones de Dios – y el de las maldiciones también-.
Si quieres escoger la vida, entonces definitivamente quieres ver lo que dice este libro. De nada sirve pretender que no importa, pensar que el gobierno moral de Dios ha cambiado de alguna manera a través de los siglos. No sirve hacerlo a un lado como si sólo aplicara a una tribu nomadita del Medio Oriente. Este es el libro sobre hayah, la vida. Igual que Moisés retó al pueblo de Israel a tomar una decisión, así nos dice hoy a nosotros. Hoy, ¿Qué escogerías? u va harta ba’hayim. ¡Escoge, pues, la vida!
Sorprendentemente, aun en nuestra condición de desquicio moral y enfermedad mental, ¡tenemos una opción! Dios no nos ha abandonado. Si podemos responder a Su llamado. Eso, por si mismo, es un milagro de gracia. Imagínate donde estaríamos si Dios se “diera por vencido” en nuestra indiferencia moral. No tendríamos opciones. De seguro estaríamos perdidos. (¿Le has dado gracias hoy por el privilegio de tener la opción de servirle?)
Ahora que tienes el potencial de escoger, ¿Qué debes hacer? Bueno, puedes comenzar con Deuteronomio, igual que lo haría un niño judío. Puedes aprender como piensa Dios sobra la vida – sus interacciones personales, los negocios, la estructura social, la estructura política, los asuntos legales y aun los asuntos de la cocina. ¡No te digas a ti mismo que Jesús vino a botar todas reglas arcaicas! Si crees eso, no has comprendido el punto central. La ley es tu guía de vida después que Jesús ha resuelto lo de tu pecado. ¿Quieres saber lo que significa acercarse a El? ¿Quieres ver la imagen de ti mismo cuando el Espíritu guía tus acciones y reacciones? Comienza en primer grado. ¡Lee el libro!
Este es el momento de la decisión!!, escoger: la vida y el bien, o la muerte y el mal. Una de las bendiciones más preciosas que tiene toda persona es la capacidad espiritual de elegir. Pero ¡cuidado! con pensar que la decisión que se tome no involucra nada más que tomar un rumbo, sino que también tiene que ver con a quien o a qué le damos nuestra lealtad. Porque todo ese hablar de un “poder para tomar libremente cualquier dirección, sin rendirse ante nadie, ni estar sujeto a nadie únicamente sirve para engañar a los fieles” (Lutero)
Al tomar la decisión de estar en comunión con Dios, implica que estemos bajo su autoridad, dirección, amor, paternidad y disposición. ¿Imagina usted al hijo prodigo en casa de su padre haciendo aun lo que le place? ¿Se imagina al hijo vendiendo una oveja para beber? ¿se lo imagina en casa de su Padre sin trabajar? Por supuesto que no, el hijo prodigo decidió regresar a casa de su Padre, para estar sujeto a él, para estar bajo su amor paternal y dirección. Por ello el hijo pudo decir, Hazme como uno de tus jornaleros, más bien sería; ¡Hazme tu esclavo, porque sólo así seré libre!. Esa es la misma reflexión de Pablo; ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Rom. 6:16) Por lo tanto, debemos decirle a Jesucristo: “sé nuestro Señor por el poder de tu Espíritu Santo, porque sólo donde esta el Espíritu hay libertad” (2 Cor. 3:17)

“Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. "El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:9-10
“Entrar y salir” era la manera judía de describir una vida totalmente segura ya salvo. Cuando uno puede entrar y salir sin miedo en su casa o país, eso quiere decir que hay paz, que las de la ley y el orden funcionan y que se goza de completa seguridad. De l apersona que elige estar en comunión con Dios se dice que “será bendito su entrar y su salir” (Dt. 28:6).
Una vez que decidimos la vida ofrecida en Jesús sabemos que nuestras vidas están en las manos más seguras, las de Dios, eso nos da un sentido de libertad y seguridad, las preocupaciones y temores desaparecen.
El señor Jesucristo se presenta aquí como el que ha venido para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia. La frase griega “para que la tengan en abundancia” quiere decir “súper abundancia de algo” Estar en Jesús es la decisión correcta, y es tener súper abundancia de vida. Caminar con Cristo es lo que nos da vida, y sólo en él es cuando la vida vale la pena vivirse. Dios nos da su palabra para traernos de regreso y llevarnos a donde debemos estar.

En tiempos remotos, en un lugar muy remoto, vivió un hombre que viajaba de un lugar a otro, siguiendo los impulsos de su espíritu aventurero. En uno de estos viajes, que transcurrían a pie por caminos polvorientos, en las cercanías de un pueblo nuestro viajero vio algo que le llamó mucho la atención. Era una colina, tapizada de un verde maravilloso, en ella había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores; la rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada. Una puerta de bronce lo invitaba a entrar.
El viajero traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se deleitaran en cada detalle de este paraíso multicolor. De pronto sus ojos se detuvieron en una de las piedras, donde leyó esta inscripción: “Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días” Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla y decía: “Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y tres semanas”
El viajero se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra, una tumba. Una por una empezó a leer las lápidas. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo exacto de vida del muerto. Pero lo que lo dejó totalmente espantado fue que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los 11 años. Embargado por un dolor terrible se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó. Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. -No, ningún familiar- dijo el viajero -, ¿qué pasa con este pueblo?, ¿qué cosa tan terrible hay en esta ciudad?, ¿por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar?, ¿cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que los ha obligado a construir un cementerio de chicos? El anciano se sonrió y dijo: - Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré… Cuando un joven cumple quince años sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí colgando del cuello. Y es tradición entre nosotros que a partir de allí cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado…. a la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia y se enamoró de ella ¿cuanto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de su compañía? ¿una semana?, ¿dos?, ¿un mes?. Y después… la emoción de soñar con el matrimonio, la alegría de la fiesta de bodas, ¿cuánto duró?. ¿Y la noticia de la llegada del primer hijo? ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Y los buenos momentos compartidos con los amigos? ¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones? ¿horas? ¿días?…
Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos….cada momento. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba, porque ESE es, para nosotros, el único y verdadero tiempo VIVIDO. La felicidad esta en el camino. No hay otro secreto para ser felices. Entonces, ¿por que no animarnos a serlo?

I.- POR TU FELICIDAD.
“Yahveh tu Dios te hará prosperar en todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo. Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres” Deuteronomio 30:9 Biblia de Jerusalén

POR II.- TU VIDA
“Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.” Deuteronomio 30:15 NVI

“Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. "El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:9-10

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