Salud mental en Filipenses

SALUD MENTAL EN FILIPENSES
LA PALABRA felicidad evoca imágenes de regalos abiertos, de estrechar la mano a quien ama, de recibir sorpresas en el cumpleaños, de responder con una risa incontrolable a un comediante o de disfrutar las vacaciones en un lugar exótico. Todo el mundo quiere ser feliz; perseguimos este ideal fugaz toda nuestra vida: gastando dinero, coleccionando cosas y buscando nuevas experiencias. Pero si la felicidad depende de nuestras circunstancias, ¿qué sucede cuando los juguetes se envejecen, los seres queridos mueren, la salud se deteriora, nos roban el dinero y la fiesta se termina? Con frecuencia la felicidad se esfuma y la desesperación se hace presente.
En contraste con la felicidad se levanta el gozo. El gozo es quietud, es correr con profundidad y firmeza, es la seguridad confiada en la obra y el amor de Dios en nuestras vidas, ¡que Él estará allí pese a cualquier cosa! La felicidad depende de los acontecimientos, pero el gozo depende de Cristo.
Filipenses es la carta del gozo de Pablo, los creyentes en Filipos disfrutaban una relación muy especial con Pablo, de manera que les escribió y junto con la carta les envió una expresión personal de su amor y afecto. Le habían traído gran gozo (4.1). Filipenses es también un libro alegre porque enfatiza el verdadero gozo de la vida cristiana. El concepto de regocijarse, o el gozo, aparece unas dieciséis veces, y sus páginas irradian este mensaje positivo, que culmina en la exhortación de: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (4.4).
Pablo escribe esta carta alrededor del 61 d.C., desde Roma, durante la prisión de Pablo, Esta carta revela el eterno mensaje de que el verdadero gozo sólo puede encontrarse en una relación personal dinámica con Jesucristo, y en la seguridad de que Dios es capaz de modificar las circunstancias adversas para nuestro bien y para su gloria, Su escrito fue también una oportunidad de animar a los cristianos a soportar el sufrimiento con valentía, a vivir en una sola mente y confiar sus vidas a su Señor en todas las cosas y bajo toda circunstancia, a vivir en salud mental.

A fin de vencer las emociones que acosan a una persona y satisfacer las emociones que necesita para tener salud mental Dios enseña en la carta a los Filipenses que sólo él puede llenar las necesidades humanas que dan esa salud mental, y lo hace a través de una persona que lo experimenta, el apóstol Pablo.
Veamos esas necesidades que dan salud mental:
I.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE IDENTIDAD
"Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." Fil. 1:21
Pablo dice que la cuestión existencial del hombre se resuelve; ¡Viviendo en Cristo! Pablo dice que el entregar su vida a Cristo le dio significado y propósito, la presencia de Cristo en su vida le dio gozo, el Espíritu de Cristo le dio vida abundante, la voluntad de Cristo le dio dirección correcta, y, finalmente, la gloria de Cristo, la meta final de mi vida. Lo que hacía que la vida de Pablo valiera la pena era la obra de Cristo. Una vida tal no es una posibilidad humana. Es una obra divina.
Los psicólogos concuerdan en que la identidad se desarrolla principalmente en los primeros años de vida. La Biblia también enfatiza en la importancia de la infancia (Prov. 22:6; Efes. 4:14; 1 Pedro 2:2) Producto de la interacción con el mundo, las relaciones, las experiencias vividas se conforma nuestro ser, nuestra identidad y autoestima. Esto refleja el cómo hoy día respondo a la vida, con pesimismo o esperanza, con resentimiento o perdón, con temor o con valentía, con ansiedad o con paz, con soberbia o con humildad.
Muchos creyentes lamentablemente se encuentran estancados en su proceso de crecimiento, aún con autoestimas dañadas por las experiencias pasadas, no viviendo a la altura del potencial que tienen. Buscan equivocadamente madurar, crecer, sin tener que obedecer y depender de Dios (1 Cor. 3:1-3) Personas ya adultas, atrapados y cautivos en sus hábitos, creencias equivocadas, frustraciones y temores. Ansiosos, tristes, sin paz. No por nada los trastornos de ansiedad y la depresión son dos de los grandes problemas de salud pública que enfrenta la sociedad.
Pablo dice: Para Mí, ¡el vivir es Cristo! y “el morir es ganancia”, y no esta diciendo que la muerte en sí sea ganancia, sino que es el estado glorioso después de la muerte. La palabra “ganancia” (Kerdos, en griego) se usaba para describir el interés sobre el dinero. De modo que morir es recuperar el capital y el interés y tener más en Cristo que en la vida misma en la tierra. El concepto de Pablo de ganancia esta totalmente en contraste con el motivo vulgar de ganancia material que caracterizaba a los comerciantes de Filipos, y que fue la causa de la hostilidad hacia la predicación del evangelio (Hechos 16:19). Pablo quiere comunicar algo importante: “para mí, Cristo significa la vida. Y la muerte sería una ventaja agregada” Durante más de 30 años el apóstol no ha vivido para hacer su voluntad, sino para hacer la voluntad de Cristo, esta preparado para morir porque está preparado para vivir, el bien vivir asegura el bien morir
El sentido de identidad de una persona y el grado en el cual está su relación con Dios se va a reflejar en su crecimiento personal. Ser cristianos no es tan solo recibir perdón y vida eterna, es cuestión de andar como hijos de Dios. Nuestro sentido de identidad influye en nuestros pensamientos, lo que decimos y hacemos (Efes. 2:10; 1 Tim. 4:12) La Palabra del Señor nos dice que cuando le conocemos somos hechas nuevas criaturas, el pasado queda atrás y todo es hecho nuevo (2 Corintios 5:17) Es increíble que recibamos una segunda oportunidad de iniciar una nueva vida al conocerle.
Nosotros debemos ser como un espejo que refleje la imagen de Dios. Pero, ¿Verdad que a veces esa reflexión es borrosa? Es como cuando nos vemos en esos espejos que encontramos en las ferias, que deforman nuestra imagen y nos hacen lucir bajitas, gordas o muy flacas. Así pasa en nuestras relaciones con las demás personas, comenzando con nuestros padres y familiares, que contribuyeron con los mensajes que nos dieron por medio de sus opiniones, actitudes y conducta a moldear nuestra imagen.
Pablo estaba identificado con el Señor Jesucristo en cada aspecto de su vida. Estaba afectado por lo Cristo había hecho por él; afectaba toda su vida. Lo cambió de ser un empleado del gobierno romano, en la carretera a Damasco, llevando a personas a la cárcel bajo el nombre de Saulo, y lo transformó para que fuera ahora el apóstol Pablo, predicando a Cristo. Así como había sido en un momento un empleado del gobierno romano, ahora estaba dedicado por completo al Señor Jesucristo.
Lo que estaba diciendo Pablo claramente en este versículo era que para él, vivir era Cristo, y así se identificaba. Esto da al cristiano el Principio para lo que uno podría llamar la vida cristiana normal. Uno podría preguntar, desde un punto de vista psicológico: ¿qué es lo normal? La respuesta es que nadie sabe lo que es normal. Ni siquiera los psicólogos que están buscando lo normal saben. Sólo porque la mayoría de las personas hacen ciertas cosas de cierta forma no significa que eso sea lo normal. Sólo Dios sabe lo que es normal, y sólo ha habido una persona normal que haya aparecido sobre la faz de la tierra, y ese fue el Señor Jesucristo. Él fue la encarnación de Dios mismo en manifestación humana. Por eso dijo Pablo: "Para mí el vivir es Cristo… y el morir es ganancia”
ANTROPOLOGÍA, Es la ciencia que estudia el concepto de qué es el hombre, el mercado está abarrotado por teorías que dicen tener la respuesta a esta pregunta, bastan unos ejemplos para ello: a).- El hombre es una criatura política, un recibo de empeños e ingresos para el estado. B).- es Hombre es un interés económico en el complejo industrial, un productor y consumidor, y blanco primordial para la manipulación de los medios de difusión. c).- El Hombre es un dígito matemático, un número serial almacenado en la memoria de una computadora central. D).- El Hombre es un organismo bioquímico cuyo fin principal es la gratificación corporal; por eso cuide su dieta, puesto que ¡usted es lo que come!
Es necesario entender que a quien le damos derecho a responder la pregunta es a quien le damos nuestra lealtad. El salmista en el 8 dice que el hombre es una obra majestuosa de Dios, está asombrado de que Dios le preste al hombre tanta atención, el hombre, revela el salmista, es maravilloso, puede influir con significado en la historia para sí mismo y para otros, para esta vida y para la vida eterna. Porque aunque el hombre este separado de Dios por su pecado, es capaz de hacer cosas tremendas. El hombre no es un diente más en un engranaje; no es una pieza de teatro; puede influir realmente la historia. Desde el punto de vista bíblico el hombre esta perdido, sin Dios, pero es grande
“Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre por memoria...y me dijo: Mi siervo eres...en ti me gloriaré” Isaías 49:1- 3
Nuestra autoestima no debe medirse por cuanto nos acepten los demás, de lo que tenemos, o conocemos, ni siquiera de la opinión que tenemos de nosotros mismos en un momento dado. La autoestima del cristiano depende de lo que Dios dice que somos y de los que El ha hecho en nuestra vida. Mi valor depende de que pueda percibir qué tan especial soy para Dios, soy aceptado y amado por El, y que vea objetivamente lo que debo cambiar y mejorar. Nuestro parámetro – meta, no es poca cosa, es muy alto: llegar a la estatura de Cristo, andar como él anduvo.
Pablo, luego de evaluar lo que el valoraba antes de conocer al Señor, dijo: “Y ciertamente aún estimo todas las cosas como perdida por amor a Cristo” (Filipenses 3:7) ¿A cuales cosas se refería él? Hablaba de lo que era, sabía y poseía antes de conocer a Jesús como Salvador y Señor. Su posición de autoridad con la que perseguía a los cristianos, su prestigio y poder, su liderazgo, riquezas, estudios, ciudadanías, títulos, convicciones, experiencia, honra, afiliación religiosa, en fin, la lista es larga. El conoció a Alguien que cambio su escala de valores, su forma de ver la vida, y de verse a sí mismo. Lo que es verdaderamente importante y lo que no. No podemos negar que cuando conocemos a Cristo experimentamos ¡Una cambio DE IDENTIDAD!, tal como lo tuvo Pablo, quien pasó de ser esclavo del pecado a hijo de Dios y coheredero con Cristo.
Dios ha revelado lo que es normal para sus hijos, y la comprensión de esa normalidad se encuentra en la Palabra de Dios. Dios nos creó y por lo tanto sabe lo que es normal. Este es el principio de vida que indica lo que es normal para el hijo de Dios. La Biblia es para el cristiano lo que es el manual del fabricante del auto para el auto: sólo en la medida que el cristiano sigue la verdad de Dios en su Palabra puede vivir una vida cristiana normal. Una identidad clara en Cristo es clave para el crecimiento personal, y nos habla en su Palabra sobre este tema profundamente ya que su deseo es que desarrollemos todo nuestro potencial, maduremos emocional, psicológica y espiritualmente.
Para tener salud mental, Pablo dice que debemos permitir que debemos permitir que sea nuestro Creador el que nos de la respuesta a quiénes somos. Nuestra necesidad de identidad se satisface cuando nos identificamos totalmente con Cristo.
Una sana Autoestima es el resultado de nuestra relación y consagración a Dios, es el resultado de asumir nuestra nueva identidad en Cristo como hijos de Dios, no es un fin en sí misma. Nuestro crecimiento personal, valía y estima dependen del grado en que la imagen de Dios se refleja en nosotros, de cómo asumimos la responsabilidad por quienes somos, por nuestras decisiones, y el como llevamos adelante cada día el propósito maravilloso de seguir a Cristo
“Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes”. Filipenses 4:9
“En Mi” La verdad es que la combinación de estas dos pequeñísimas palabras (en emoi – “en mi”) me asusta muchísimo. ¡Simplemente no puedo imaginar decirle a alguien que me vea, me escuche, estudie conmigo y descubra la paz de Dios! Pero eso es exactamente lo que dice Pablo. ¿Cómo es posible? ¿Es Pablo tan santo que nunca podré usar sus zapatos – cuanto menos los zapatos de Jesús? ¿Acaso estoy condenado sin esperanza a un estándar que nunca alcanzaré? No lo creo.
Yo recuerdo que Pablo también es Saulo, el hombre que aterrorizó a los creyentes y era temido por los seguidores del Camino. Yo recuerdo que fue Pablo el que escribió las palabras agonizantes de Romanos 7 – “¿Quién me rescatará de este cuerpo de muerte?” Recuerdo a este mismo Pablo que clamó a Dios tres veces clamando el rescate del incesante “mensajero de Satanás” (2 Corinthians 12:7). Quizás después de todo no era tan diferente. ¿Qué es lo que convierte a Pablo la clase de hombre que puede decirle a otros que lo miren a el y vean que la paz de Dios no radica en su santidad?
Es su aceptación absoluta de la incuantificable gracia de Dios en la vida de un hombre pecador. Veo la paz de Dios en Pablo porque veo el rostro de Jesús a través de Pablo. Pablo no es el que está en exhibición. Es el Mesías que rescató a Pablo el pecador, un hombre igual que yo. Si las personas ante su presencia podían ver a Jesús a través de la lucha, la desobediencia, el dolor, las tribulaciones y las victorias de Pablo, entonces imagino que serán capaces de ver a Jesús a través de todas mis frustraciones también. Nunca ha sido sobre mí. Nunca se ha tratado de mí. Yo soy un pecador salvo por gracia. Igual que tu. Igual que Pablo.
Así que, lee el evangelio en mi vida – y mira lo que Dios puede hacer con alguien tan irrelevante. Esa es la única razón para prestarme tu atención. Descubrirás la paz de Dios, porque si Dios puede hacer algo del desastre de mi vida, entonces seguro que puede hacer algo en tu vida también. A través del vidrio oscuro – esa es la única manera que puedes ver a Dios en mí.
II.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE PERTENENCIA Y AMOR. Fil. 2:5
“Haya, pues, en ustedes esta actitud (esta manera de pensar) que hubo también en Cristo Jesús” Fil. 2:5 NBLH
El capítulo 2 contesta la segunda necesidad emocional que necesita ser satisfecha, que es la Aceptación. Esto contesta el problema de la Actitud Personal-¿cómo es aceptada nuestra vida? ¿Qué dice Pablo en cuanto a esto? la clave se encuentra en el versículo 5: "Haya, pues, en vosotros esta ACTITUD que hubo también en Cristo Jesús."
En la actitud de vida, el cristiano es aceptado en el amado-, hechos hijos y herederos. Hemos sido aceptados por el Dios Todopoderoso. Saber esto debe darnos una actitud correcta hacia la vida, ¿pero hay acaso algún modelo de esta actitud. ¡Sí, la actitud de Cristo! ¡Examine todo lo que Cristo estuvo dispuesto a hacer con tal de que no estuviera separado usted de Dios pro la eternidad! ¡Qué está dispuesto a hacer usted por él?
Todo esto contesta el problema de la actitud personal de la vida de una persona, que da al cristiano el Molde para la vida cristiana normal. El apóstol Pablo nunca nos dice lo que tenemos que hacer-que se encuentra en el capítulo 1 -sin decir a continuación mismo cómo hacerlo- en el capítulo 2.
Cuando una mujer quiere coser un vestido, va a la tienda y compra lo que se conoce como un molde. Un molde es un conjunto de papeles tisú que están cortados de cierta forma para dar las dimensiones. El molde se coloca sobre la tela y luego la tela se corta según el molde, se cose y se convierte en un vestido. En esta analogía, Cristo es nuestro molde, y los cristianos debemos recortar nuestra vida, por así decirlo, según la vida del Señor Jesucristo. Al haber sido aceptados por Dios en su familia, y nuestras vidas están moldeadas por su Palabra y el Espíritu Santo que mora en nosotros, esto nos ayuda con el problema de la disposición hacia la vida; como uno dispone de la vida y el talento que tiene en la vida.
LA FLOR DE LA ESPERANZA. "Un hombre caminaba por el campo y encontró una piedra que le llamó la atención. Sus colores eran demasiado brillantes. "Ha de ser falsa", pensó. "Es demasiado bella para ser verdad". Y la tiró. Continuó su camino, pero nunca olvidó la piedra ni los colores de esa piedra. Años después, ese hombre fue a visitar a un amigo cercano a quien la fortuna había sonreído abundantemente. El amigo, sin embargo, se acercaba ya a sus últimos días de vida. Postrado en la cama, el amigo recibió a este hombre quien sin poder aguantarse le preguntó: "amigo, estás a punto de morir y desearía que no te fueras a la muerte sin decirme algo que me tiene intrigado desde hace años. Dime, ¿cómo es que hiciste tu fortuna?" El amigo moribundo le contestó: "Ciertamente me queda poco tiempo de vida, así que también creo que eres la mejor persona a quién se lo puedo contar. En cierta ocasión, caminando por el campo, encontré un hermosa piedra de colores tan extraordinarios que parecía falsa. Resultó que esa piedra era una rara especie de diamante valorado en varios millones de dólares". El amigo que estaba escuchando, sintió de repente una sensación de molestia y enojo consigo mismo porque en ese instante supo que esa era la hermosa piedra que él había declarado como falsa y que, por su prisa e insensatez, había dejado abandonada. Disgustado de manera evidente, le dijo a su amigo: "Tú tomaste la piedra, y esa piedra te dio toda tu fortuna. Dios mío, no lo puedo creer. Yo la ví primero y la dejé pasar porque creí que era falsa. Qué tonto fui. Viviré angustiado y en remordimiento el resto de mi vida".
Sorprendido, el moribundo le contestó: "Pues vivirás así porque quieres" le dijo. Yo también creí que era falsa y la dejé también en donde estaba, más adelante me enteré que alguien la encontró, la valoró y se hizo inmensamente rico. Desde entonces supe y, ahora lo sé con más convicción que nunca, que las oportunidades están debajo de nuestras narices, en cualquier lugar y en cualquier momento. Aprendí la lección y desde entonces aproveché al máximo todas las oportunidades que la vida me dio y POR ESO hice una gran fortuna". "Yo, como tú -continuó- quería fortuna y riquezas y se las pedía a Dios continuamente. Esa piedra me enseñó a entender el lenguaje del Universo y a confiar en que Dios siempre responde a nuestras oraciones. Desde ese momento, acepté y aproveché todas las oportunidades que Dios me envió". "A ti amigo, te pido que aproveches la lección que esa piedra me enseñó". Y al decir esto, cerró los ojos y murió tranquilamente, sabiendo que había plantado una hermosa y rara flor en el corazón de otro hombre, la flor de la esperanza".
Nuestras actitudes mentales matizan nuestro mundo subjetivo, de tal manera de canalizar todo cuanto somos, sentimos y pensamos; es por ello la gran importancia de transformarnos en las personas que Dios quiere que seamos, que tengamos salud mental, porque de esta forma seremos más felices y sobre todo podremos ayudar mejor a nuestros semejantes. Cuando una persona por diferentes motivos estructura en su mente una actitud negativa, empieza a morir en vida, realmente se encuentra como dormida ante la realidad maravillosa que la envuelve por doquier.
¿Escogemos nosotros nuestra actitud ante la vida?, de nosotros depende el tipo de actitud mental que tenemos, sin embargo esto no lo hacemos consciente, ni voluntariamente, vamos formando nuestras actitudes con las experiencias que hemos vivido, somos un resultado de lo que nos ha sucedido y de cómo hemos interpretado esa realidad. Esto es importante, porque quizá no podamos cambiar las circunstancias a nuestro alrededor, pero siempre podremos cambiar la manera de percibir, sentir y comprender dicha realidad. Lo que tratamos de aprender es el cómo poder transformar nuestra actitud mental, de negativa o semi-negativa en positiva, sabemos que esto es posible y deseable. ¿Qué necesitamos para lograr lo anterior? ¡Tener la misma actitud de Cristo!
En toda vida hay bastante de bueno y de malo -una buena medida de tristeza y de felicidad, de alegría y dolor- como para encontrar una base razonable que justifique el optimismo o el pesimismo. Uno mismo decide si va a reír o llorar, a bendecir o maldecir, la perspectiva que tendrá de la vida. Si mirará al cielo con esperanza o al suelo con desesperación. La actitud optimista no es un lujo, sino una necesidad. La manera en que uno mira la vida determina su estado de ánimo, cómo se desempeña en sus actividades y lo bien que se lleva con los demás. Y a la inversa: los pensamientos, actitudes y expectativas pesimistas se nutren de sí mismos. Se vuelven profecías que por su propia naturaleza se cumplen. El pesimismo crea un mundo deprimente en el que nadie quiere vivir. Solo hay una cosa más fuerte que la actitud negativa: una actitud positiva.
Jerome K. fue un escritor inglés. Su padre murió cuando él tenía 12 años. A los 14 se vio obligado a trabajar para mantener a su madre y su hermana. Su vida se volvió aún más difícil cuando murió su madre. Tras pasar por muchos empleos, terminó haciéndose escritor. Y no de relatos tristes; fue un célebre humorista. Se dedicó a escribir obras divertidas para levantar el ánimo a los lectores. Él, que tuvo tantas dificultades en sus primeros años, afirmó: «Lo que fortalece es la lucha para mantener una actitud positiva, no la victoria».
III.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE APRECIACIÓN.
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado-no soy perfecto-pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." Fil. 3:13-14
La tercera NECESIDAD que necesita ser satisfecha es la de la Apreciación. Esto se considera en el capítulo 3, y la clave se encuentra en los versículos 13, 14 y 20, que contestan el problema de las Prioridades Personales en la vida. En el mundo en el cual vivimos hoy, cada persona está atrapada en muchas cosas, con muchas oportunidades que nos controlan y consumen nuestro tiempo. Esta multiplicidad de cosas en las que participamos y las elecciones que necesitamos tomar constantemente con relación a nuestras prioridades causan mucha frustración en las vidas de las personas.
Por ejemplo, si una persona escoge cierto lugar para ir y no es apreciada por el grupo de personas con las cuales se relaciona, o no lo aprecian como pensaba que lo harían, no recibe una buena sensación y puede sentirse frustrado. La frustración es el nombre del juego hoy, porque las personas parecen estar fuera de lugar o frustradas con muchas cosas, lugares y personas. Esto causa depresión, ansiedades y temores que pueden resultar en sentimientos de culpa, y hay muchas reacciones negativas y reforzadores que toman cada vez mayor velocidad, de forma que la persona queda atrapada en las frustraciones del mundo de las cuales aparentemente no hay escapatoria.
Reflexiones sobre lo que Pablo ha dicho por un momento. Ha señalado que ha sido capaz de olvidar aquellas cosas que están atrás, y puede mantener su mirada firme en el Señor y mirar aquellas cosas que están por delante. Piense en esto por un momento; en un tiempo el apóstol Pablo era un empleado del gobierno romano que buscaba encarcelar a cristianos camino a Damasco. Dios lo dio vuelta y Pablo se convirtió, y gracias a esto se convirtió en el apóstol Pablo, que ahora predicaba la Palabra de Dios de parte del Señor Jesucristo, a quien amaba y servía. Uno puede imaginar fácilmente que a medida que el apóstol Pablo iba a predicar a los cristianos en distintos lugares, probablemente habría personas en la congregación donde estaba ministrando que habían estado, muchos años atrás, en la cárcel bajo él, cuando era Saulo, o tenían amigos, parientes, vecinos que habían estado en la cárcel. Ahora el apóstol Pablo les estaba ministrando hablando la palabra de Dios. Es fácil ver cómo podría haber tenido un gran sentido de culpa, o una sensación de depresión o tristeza por lo que había hecho. O, tal vez, esas personas podrían tener algún sentido de hostilidad, ira o temor cuando se trataba de recibir al apóstol Pablo mismo, junto con su ministerio. Sin embargo, él podía decir que podía "olvidar lo que queda atrás."
Es imposible para nosotros comprender la razón de todas las actitudes y acciones de aquellos que nos han herido o que no han cumplido las expectativas que teníamos de ellos. Quizá no pudieron darnos el amor, seguridad, respeto y aliento que necesitábamos. Quizá no recibimos el amor, respeto y seguridad que necesitábamos para un desarrollo sano. Pero, No podemos seguir esclavos de nuestro pasado, de lo que sufrimos, de lo que nos hicieron y tomando eso como excusa para no perdonar y seguir adelante. Debemos madurar. Si estamos en Cristo ya a nadie conocemos según la carne (1 Cor. 5:16,17) Ahora conocemos a nuestros padres, hermanos, inclusive a los que nos han hecho daño a través de nuestra relación con Cristo, de su amor y perdón.
Ser santificadas, no es otra cosa que ser apartadas para Dios, para crecer y glorificarle a El con nuestro espíritu, alma y cuerpo (1 Tesal. 5: 23). Al entregar nuestra vida a Cristo acontece algo maravilloso, pasamos de muerte a vida. Pablo nos dice que el viejo hombre (nuestro ser antes de conocer al Señor) fue crucificado juntamente con Cristo, para que el pecado sea destruido y no seamos más esclavos a nuestra vieja vida, sino libres para tomar las decisiones y conductas correctas que nos ayuden a crecer y fomentar una mentalidad sana en nosotros al agradar a Dios.
Uno de los grandes problemas psicológicos que tienen los cristianos hoy es que permiten que Satanás les presente los fracasos del pasado en sus vidas, los cuelgue sobre ellos como si fuera una "loza de cemento sobre sus espaldas." Por lo tanto, pone al cristiano en “neutral” y ya no pueden "exhortarse unos a otros cada día" (Hebreos 3:13), debido a los sentimientos de depresión y de culpa junto con todo tipo de temores y frustraciones debidos fracasos pasados, y a veces esto continúa durante muchos años.
Para esto, el apóstol Pablo tiene una respuesta.
"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo" Filipenses 3:20
Esto ayuda al cristiano en sus prioridades, para que no esté confundido y frustrado en la vida, y pueda formular sus propias prioridades y así sentir un sentido de apreciación de parte de Dios. El capítulo 3 nos ayuda en mantener como prioridad el estar de una manera digna delante del Dios que nos aceptó como éramos y cómo estábamos.
Dios tiene una buena catarsis para el cristiano en este sentido. Para esto, uno no tiene que ir al psicólogo-se encuentra muy simplemente en 1 Juan 1:9: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." En el mundo, las personas muchas veces pueden perdonar pero muchas veces no pueden olvidar. Sin embargo, cuando Dios perdona también olvida, y uno no tiene que preocuparse por los fracasos de ayer cuando los ha confesado ante Dios. Dios quiere que mantengamos un pizarrón limpia ante Él día tras día, y por esto constantemente hace énfasis en el hecho que cada día necesitamos orar, leer su Palabra y tener comunión con Él. Deberíamos comenzar cada día diciendo: "Padre, dame la gracia para vivir por ti hoy, y guíame en el camino de la justicia."
No debe sorprendernos que Dios diga: "No te preocupes del mañana, ya que mañana se encargará de sí mismo, y no te preocupes del ayer, ya que no lo puedes recuperar, es pasado." Vive por el hoy; Dios se encargará de tu necesidad del mañana, y si has confesado tus pecados es fiel y justo para perdonarte tus pecados. Y no te preocupes del pasado, vive por el hoy. Así quiere Dios que vivamos. ¿Por qué deberíamos vivir como la gente del mundo? Dios aprecia a sus hijos cuando responden a Él de esta forma.
IV.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE SEGURIDAD PERSONAL. Fil. 4:13
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
BLS, traduce: “Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones”
PDT, Traduce: “Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo”
NC, traduce: “Todo lo puedo en aquel que me conforta”
En el capítulo 4 Pablo contesta la cuarta necesidad, el problema de la Seguridad Personal. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Pablo NO quería decir con esto que podía hacer cualquier cosa. No, todas las personas tienen limitaciones, pero todas tienen ciertos talentos, dones y habilidades. Dios no mide estas habilidades. Dios no mide estas habilidades en un plano vertical, como hace el mundo, como una persona que logra una cierta meta o posición en la vida mientras sube por la escalera del éxito. No, Dios no evalúa a sus hijos de esta manera, porque Él nos evalúa en un plano horizontal. Todo individuo tiene ciertas responsabilidades ante Dios, y Dios ha dado a cada individuo los talentos y habilidades para cumplir con las responsabilidades que le ha encomendado. En cuanto concierne a Dios, no importa si uno es el presidente de la empresa o el supervisor de la fábrica. El lugar donde Dios ha puesto a su hijo es su responsabilidad. Dios es muy “democrático”, a todos da habilidades para funcionar.
En Filipenses 2:12 y 13, el apóstol Pablo amonesta al hijo de Dios a ocuparse de su salvación con temor y temblor ante Dios, y luego señala: "porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." Dios nos muestra su voluntad a través de su Espíritu, y al mismo tiempo nos capacita para llevar a cabo su voluntad mediante los talentos que nos ha otorgado. En 1 Corintios 4:1, 2, el mismo apóstol Pablo nos dice que como cristianos somos administradores de la gracia de Dios, y luego señala: "se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel." La fidelidad ante esa responsabilidad que Dios nos ha encomendado es aquella que contará en el día de rendir cuentas.
Por esto el apóstol Pablo podía decir: "Todo lo puedo", es decir, todas las responsabilidades y las áreas de influencia que tengo y que Dios me ha dado. Puedo hacer todo para la gloria de Dios en la medida que Dios me da la fuerza para realizarlo. Eso es el logro. Cuando sabemos que Dios lo considera de esta forma, eso nos da un sentido de seguridad o confianza de bienestar, y este es el Poder de la vida cristiana normal.
La mayoría de las personas quieren tener una buena autoestima sin Dios en sus vidas. Eso no es posible. Se puede creer que se tiene una estima adecuada de sí mismo, inclusive se pude sentir a gusto consigo mismo y satisfecho. Eso no quiere decir que a los ojos de Dios no vivamos en pecado y estemos lejos de reflejar la imagen de Él en nuestras vidas. Los seres humanos nacemos alejados de Dios en una sociedad con los valores trastocados, donde todo se vale y es aceptado, no es extraño que tengamos una imagen hinchada y falsa producto del engaño en el que Satanás tiene al ser humano que vive lejos de su Creador. Estas creencias erróneas les mantienen viviendo una mentira, creyendo ser lo que no son y teniendo como fundamento de su autoestima la soberbia y vanagloria. La autoestima del creyente que ha hecho a Cristo el Señor de su vida es saludable y refleja: Seguridad:
Descansamos en la confianza que somos hijo(a)s de Dios, sabemos que El esta en control de todos los asuntos de nuestra vida. Dios nos protege, provee, nos da la paz para no vivir en temor y ansiedad. Nos acompaña y consuela en tiempos de dificultad. Nos justifica con su perdón y nos reafirma con su amor. Nos da la seguridad de la salvación y vida eterna (Juan 3:16; 2 Cor. 3:4-6)
I.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE IDENTIDAD
"Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." Fil. 1:21
II.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE PERTENENCIA Y AMOR. Fil. 2:5
“Haya, pues, en ustedes esta actitud (esta manera de pensar) que hubo también en Cristo Jesús” Fil. 2:5 NBLH
III.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE APRECIACIÓN.
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado-no soy perfecto-pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." Fil. 3:13-14
IV.- DIOS LLENA NUESTRA NECESIDAD DE SEGURIDAD PERSONAL. Fil. 4:13
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"

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